¿Cuántas veces podés decirle que no a alguien antes de que se canse y no te llame más? Parece que a vos muchas... Siempre supe que te ibas a arrepentir el día que entendieras que soy la única persona que te conoce. Lo que no me imaginé es que ibas a ser capaz de expresarlo, no me refiero a ponerle palabras. Sé que no vas a decirme "Luz te quiero de nuevo en mi vida", pero tampoco esperaba que me suene el teléfono noche por medio con una invitación tuya para dormir juntos. No paro de decirte que no, pero no es un no rotundo. Es un "no, hoy no puedo, quizás mañana". Estoy dejando la puerta abierta, a vos no te puedo cerrar la puerta en la cara. Mi gran amor, el único hasta hoy. Me pregunto si cuando vuelva a sentir amor no va a ser algo ya conocido. Me refiero a que no sé si me puedo sorprender, si me puede llenar de felicidad como la primer vez que lo sentí. En cuanto a vos, no sé realmente lo que siento. Es indudable que te quiero demasiado, que me preocupa que te pueda llegar a pasar algo. Me siento con ciertos derechos... También es indudable que el amor que sentía mutó, se transformó en otra cosa, no sé bien en qué. Cuando te abrazo, te beso, te acaricio, todo reaparece y veo porqué te amé tanto. Pero hay demasiadas cosas que recuperé después de vos, muy valiosas... y no quiero elegir. Creo que si nuestra historia pudiera continuar, las cosas se acomodarían para que ninguno tenga que dejar nada de lado. Parece que no es el caso, el futuro no nos quiere juntos, y lo acepto. Pero qué hago con tus invitaciones? Porque me muero de ganas de volver a dormirme en tus brazos... Me fui dando cuenta en este año que pasó que lo que más extraño de una relación de ocho años es dormir con vos. Pero ese vos puede no ser vos, puede ser StrawberryJam (el verdadero nombre fue reemplazado para evitar acciones no deseadas). No voy a hablar de él en este post, porque se merece uno exclusivo.
No sé, ya no sé. Creo que el peligro está en que los dos nos conocemos demasiado, y conocemos las palabras justas que el otro quiere escuchar, y los rinconces del cuerpo que más placer nos dan. Como pienso todos los días, si me volvés a llamar hoy, no sé si voy a encontrar una excusa que yo misma me pueda creer. En realidad, me muero de ganas de que me llames hoy. Necesito escuchar eso que vos sabes que me gusta oir cuando hacemos el amor. Esas palabras son el combustible que me hace andar, caminar, correr, lejos de vos. Necesito escucharte diciendo "Luz, qué mujer que sos! Mirá en lo que te convertiste! Qué buena que estás... Me volvés loco!" Y yo simplemente te miro, sin nada para decirte. No cambiaste en nada, no te convertiste en un hombre, no estás bueno, no me volvés loca. Pero sos todo lo que amé, y no puedo olvidarme. Así que, si hoy me llamás, te voy a decir que si.